lunes, 7 de febrero de 2011

El Derecho a la Ciudad

Sobre las oportunidades
En las calles de las ciudades del mundo actualmente se encuentra más de la mitad de la población mundial, al mismo tiempo pasa inadvertida la aparente prerrogativa conferida por este hecho, el derecho a la ciudad. Básicamente trata sobre la supuesta injerencia de cada uno de los citadinos en las decisiones dentro de ésta. Digo inadvertido porque al menos para mí hasta hace unos días así era. Probablemente la mayoría de las personas estuviesen en la misma situación, o quizás no.
A mi consideración, ese derecho es tan poco tangible para cualquier gente la cual en estos momentos su espacio de mayor interés y preocupación es el individual. Al parecer el poder urbano es ejercido arbitrariamente, no lo entiendo así, David Harvey señala que éste estriba más en las manos de aquellos caracterizados por un capital financiero o político considerable. Estas personas son las más propensas a moldear la ciudad de acuerdo a sus propios deseos.
Supuestamente, los que no gozan de ese privilegio aún conservan la capacidad de incidir en las ciudades. Sin embargo, ¿qué es les motivaría a ello? Personas separadas entre sí mismas, con objetivos en común bastante difuminados en las generalidades, más preocupadas por trabajar para sobrevivir al día, sin tiempo para pensar en soluciones o mejoras para lo que no les afecta de modo tan visible y directo.
Una forma de dibujar esto es simplemente ir a cualquier zona de clase alta, o quizás media alta, y comparar la situación de esas calles con las de clase baja o media. Mientras los primeros demandan la mejora continua de su espacio y tienen el privilegio de ser tomados en cuenta, los segundos se quedan esperando que no tarde tano el día para la reparación de sus colonias.
Lo que deben hacer las personas de las metrópolis para ser tomadas en cuenta, según Harvey es movilizarse como un cuerpo político dentro de la ciudad misma. Aunque pensar en este tipo de movimientos sociales en específico me parece un poco risible.
En las ciudades principalmente predominan comercios, sí, hay hogares, zonas habitacionales y demás, pero debido a la falta de planificación todo esta intrincado dentro del casi caos. Por eso lo que mencionaba antes, las personas se encuentran efectivamente fragmentadas en sectores, lo cual no permite que se amalgamen las fuerzas individuales de los ciudadanos comunes.
A final de cuentas, la relación entre el capitalismo y urbanización aparentemente perdurará por mucho tiempo, pensando en la posible existencia de otra salida para las ciudades. Por tanto, no hay una opción realmente viable para quitar de las manos el poder urbano a aquellos que lo poseen.
Eventualmente, dentro de toda ciudad existe la opción de una revuelta urbana entre los polos sociales con sus respectivas fuerzas, pero mientras no se reclame el derecho per se de los citadinos algún cambio en la estructura del estilo de vida urbana es difícil de realizar.
Haciendo un pequeño ejercicio de reflexión personal puedo decir que no encuentro muchas oportunidades para este derecho, quizás por el simple hecho de no conocer mi ciudad. Hay días que atravieso la ciudad entera, paso por infinidad de calles, colonias y mercados antes desconocidos, pero en realidad esa fragmentación señalada anteriormente como obstáculo para reivindicación urbana, esta tan presente en mí que así lo veo para el grueso de la gente.
Espero errar a pesar de lo que mi corta visión pueda presentar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario