viernes, 10 de junio de 2011

Colective Culture and Urban Space


Espacio público

En las  grandes ciudades existe el caos, junto a él existe el conflicto. Normalmente se desea minimizar el conflicto, detenerlo, desaparecerlo. Pero se debe aprender a vivir con él. Esto en una ciudad, en una megaciudad, es sumamente importante porque ya sea del mero hecho de que haya una marcha, un pequeñísimo asunto que cimbre socialmente siquiera por un par de horas y que parezca no provocar nada. Siempre existe algo que se queda en el espacio público, el rumor de lo sucedido, siempre hay producción social, por más mínima que ésta sea.
En las calles, en los parques, en los centros, en cualquier espacio público por más pequeño que sea de las ciudades existen conflictos que se proponen hacer visible las debilidades del acontecer de todos los días. Es en estos espacios donde las relaciones entre los habitantes de las ciudades se florecen. A pesar del modo como pueda ser usado, ya sea para fines políticos por ejemplo, o como mero mejoramiento banal de las ciudades. Los espacios públicos funcionan como una válvula de escape a todo problema que acontece en el seno de la ciudad.
Estos espacios a final de cuentas funcionan como un amalgamador social. En ellos hay una mezcolanza de todo tipo de personas que atraviesan las ciudades. De cualquier origen, raza, nivel socioeconómico, ideología, por ende, es imposible pensar en un defecto inherente al espacio público que provoque su inutilidad.
Quizás la cuestión sería viendo más a futuro, qué nos espera a las personas y a los espacios físicos de cualquier lugar del mundo, pues pareciera que nos vamos encaminando a un mundo completamente virtual, donde sólo unas cuantas cosas nos recordarán que somos más que meros bytes. Los espacios donde todos converjamos darán un giro de 180 grados, qué puede pasar con la exclusión de grupos sociales, o la inclusión de falsedades.

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