viernes, 10 de junio de 2011

Recorrido en el Centro Histórico



El recorrido de aquel día sirvió para ver de manera palpable muchas de las cosas que se discutieron en clase.  Se pudo ver la ciudad con otros ojos, se notaron algunos aspectos que pasaron inadvertidos, como el tipo de gente que hay, las incongruencias entre los comercios y el tipo de clientes, la mala planeación de algunos proyectos, el objetivo oculto de algunos, la inutilidad de otros. Sin embargo, era interesante ver como toda el centro iba adecuándose al ritmo de vida que le caracteriza.
Lo locales que venden comida para cierto tipo de sector, ubicados en ciertas zonas, el ajetreo de la gente, el vaivén de carros, la farmacia épica del centro, la París. La plaza de la Constitución siendo el espacio en el que se estaba expresando una parte de la población, más que eso fungiendo como lo que debe ser, el lugar en el que converjan todo tipo de expresiones artísticas, sociales, así como todo tipo de personas.
Asimismo, también nos percatamos de que el comercio de las joyerías tienen todo un contexto detrás, y que hoy por hoy no puede seguir manteniéndose como antes lo hacía, provocando que lentamente vaya cerrando puertas. También es curioso que con el nuevo proyecto que se llevo a cabo para la Calle de Madero haya comercios, como el de un puesto de fruta orgánica de estilo muy neoyorquino, puedan servir más como lavado de dinero que otra cosa.
Lo anterior tiene que ver con el primer cuadro del Centro, y que tiene cierto aire de armonía, de orden, pero saliendo de éste, y comenzando a rozar con la zona de Tepito, el caos de la ciudad se hace más palpable, pero en realidad pareciera que ese es un caos natural, no uno negativo, si no la verdadera forma de ser del centro, de cualquier ciudad.
Pasamos por algunas plazas como la de Santo Domingo, la de Santa Catarina, pasamos por la Alameda, estuvimos en el parque de la Candelaria, cada una con un toque distintivo, cada una para un fin determinado. Sirviendo algunas como centro de alojamiento para cualquier tipo de personaje que habite en la ciudad, desde personas que trabajan y salen a pasear, vagabundos, comerciantes, o siendo apropiado por unos cuantos vecinos.
Pasamos por mercados, por tianguis, por muchas calles que tienen un giro específico, ya sea vestidos, ferretería, cantinas y bares, y demás. Se podía distinguir a la gente, como cada uno parecía acomodarse en el rompecabezas del centro, todos iban con el ritmo de vida urbano.
En fin, fue un recorrido muy gratificante.

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